La cacareada reforma electoral recién anunciada por la presidenta Claudia Sheinbaum arrancó con el pie izquierdo.

Los objetivos de la misma parecen positivos, entre ellos reducir los costos de las elecciones, recortar privilegios y fortalecer la cercanía de la representación política.

Sin embargo, el “cómo” llevar a cabo estos planes no están muy claros y de entrada el proyecto de reforma ha levantado demasiadas suspicacias y desconfianza.

En los últimos cincuenta años se han realizado 8 reforma electorales en México de gran calado, la mayoría de ellas han sido motivadas por los partidos de oposición para ensanchar los cauces de la democracia.

Una de las más emblemáticas fue la de 1977 cuando el PRI hegemónico abrió el sistema político a la oposición con el registro de nuevos partidos

See Full Page