Las avispas sienten un gran apetito por la mermelada una vez que las larvas de la colonia entran en la fase de pupa. victoras/Shutterstock

Es verano en el hemisferio norte y eso significa sol, mar… y avispas.

A muchos de nosotros nos han enseñado a temer a las avispas como insectos agresivos que solo existen para hacernos la vida imposible. Pero con la pérdida insostenible de la fauna silvestre en todo el planeta, debemos aprender a convivir con todos los organismos, incluso con las avispas. Son importantes polinizadores y depredadores de insectos. Un poco de conocimiento sobre su historia natural puede ayudarnos a comer con seguridad junto a ellas.

Las avispas que suelen visitar nuestros pícnics –y que parecen surgir de la nada– son normalmente la amarilla común (Vespula vulgaris) y la alemana (Vespula germanica). ¿Podemos hacer algo para quitárnoslas de encima?

1. Quédese quieto o pensará que es un depredador

Sus receptores olfativos (todas las obreras son hembras) la han guiado hasta su pícnic, pero ahora está utilizando puntos de referencia visuales (usted y su entorno) para orientarse hacia la comida que hay en su plato.

Mantenga la boca cerrada y evite respirar con fuerza para minimizar la liberación de dióxido de carbono, que las avispas utilizan como señal de que un depredador está atacando. Del mismo modo, si empieza a agitar los brazos y a gritar, se comporta como un depredador, lo que podría desencadenar su modo de ataque.

2. Observe lo que está comiendo

Quien le visita es una avispa obrera, que ha salido a buscar comida para alimentar a sus hermanos larvarios en el nido de su madre. ¿Está cortando un trozo de jamón, recogiendo una cucharada de mermelada o sorbiendo su bebida azucarada? Observe lo que come, ya que esto le dará una pista sobre lo que le puede ofrecer. Está tan concentrada en su tarea que no se dará cuenta de que la está observando.

3. Hágale una ofrenda para que no le moleste

Antes de que se dé cuenta, se habrá ido con la boca llena de mermelada o un trozo de jamón. Puede que se aleje en zigzag, lo que indica que está reorientándose para volver con seguridad. Una vez que haya localizado los puntos de referencia, volará recto y rápido. Si la sigue, le llevará a su nido. Pero es mejor que aproveche el tiempo para preparar su ofrenda, porque volverá pronto. La ofrenda debe ser una parte de lo que haya recogido de su plato. Puede alejarla un poco del resto de la comida. Si le deja su parte, usted también podrá comer en paz.

Esta es una técnica probada en todo el mundo, tanto si quiere localizar un nido de avispas para encontrar un sitio (alejado) donde comer como si se ha propuesto evitar que las avispas molesten a los clientes de un restaurante al aire libre.

Avispa sobre un pastel con glaseado y virutas de chocolate.
¿Se están lanzando las avispas sobre los alimentos dulces? hecke61/Shutterstock

Afortunadamente, es poco probable que su compañera de pícnic traiga un enjambre de avispas a la mesa, ya que las avispas sociales son malas reclutadoras. Tiene sentido, ya que su alimento (insectos, carroña) suele ser un recurso disperso y de corta duración. Por ejemplo, una oruga muerta no significa necesariamente que haya un montón de ellas.

Esto contrasta con las abejas melíferas, que han sido objeto de una fuerte selección natural para desarrollar un sistema de comunicación (danza de las abejas) que les permite reclutar a muchas recolectoras en un campo de flores.

Sin embargo, no es del todo imposible que aparezcan algunas más, especialmente si el nido está cerca. Las avispas tienden a sentirse atraídas por un alimento cuando detectan la presencia de otras avispas. Si ven unas cuantas reunidas, investigarán. Pero si hay demasiadas, esto las disuadirá.

Los cambios en los hábitos alimenticios de las avispas

Quizás ya sepa que las avispas se vuelven locas por el azúcar al final del verano. Pero ¿por qué prefieren las proteínas al principio de la temporada? Depende de lo que ocurra dentro de la colonia.

Las larvas de las avispas son carnívoras. Las obreras se encargan de criar a miles de larvas. Si una avispa se acerca en busca de jamón (o cualquier otra fuente de proteínas), es señal de que su colonia está llena de larvas hambrientas. Podrá darse cuenta de ello a principios o mediados del verano, y a más tardar a mediados o finales de agosto.

Disfrute sabiendo que está ayudando a alimentar a ejércitos de pequeños controladores de plagas, que pronto se pondrán a trabajar regulando las poblaciones de moscas, orugas, pulgones y arañas.

Una característica definitoria de las avispas adultas es su diminuto pecíolo (cintura). Esta constricción entre el tórax y el abdomen evolucionó para que sus antepasados pudieran doblar el abdomen, como si estuviesen haciendo yoga, para parasitar o paralizar a sus presas.

Dos avispas cortando una loncha de jamón.
Estas avispas no serán las que se coman el jamón. Franz H/Shutterstock

La cintura de avispa de una obrera adulta la limita a una dieta principalmente líquida. Es como una camarera que debe servir banquetes a los clientes sin probarlos. Las larvas le dan “propina” con una secreción líquida nutritiva, que ella complementa con néctar de las flores. Durante gran parte de la temporada, esto es suficiente.

Mezcla de ciencia y pícnic

Hacia el final del verano, la mayoría de las larvas de avispa se han pupado, y una larva pupada no necesita alimentarse. Por lo tanto, la demanda de proteínas disminuye, al igual que las secreciones dulces que han mantenido nutridas a las obreras.

Esto significa que las avispas obreras deben visitar las flores en busca de néctar, aunque un bollo de mermelada o una limonada dulce también pueden resultarles muy tentadores. Si su avispa se obsesiona con el azúcar de la mesa, eso quiere decir que su colonia probablemente se encuentra en la fase crepuscular de su vida.

Aunque la época del año es un buen indicador del equilibrio entre jamón y mermelada en las preferencias alimenticias de las avispas, el clima, la disponibilidad de presas, la competencia local y la tasa de crecimiento de la colonia también pueden influir. Y eso implica que el cambio de jamón a mermelada este año puede ser diferente al del año que viene.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation, un sitio de noticias sin fines de lucro dedicado a compartir ideas de expertos académicos.

Lee mas:

Seirian Sumner recibe financiación del Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural (NERC) y del Consejo de Investigación en Biotecnología y Ciencias Biológicas (BBSRC) del Gobierno del Reino Unido. Es miembro del consejo de administración y miembro de la Real Sociedad Entomológica, y autora del libro 'Endless Forms: Why We Should Love Wasps' (Formas infinitas: por qué debemos amar a las avispas).