Por Astrid Arellano
El uso de la inteligencia artificial (IA) está en el centro de múltiples conversaciones y debates a nivel mundial. La reflexión respecto a su intersección con los pueblos indígenas no es la excepción. Esta tecnología constituye una herramienta poderosa que, bien usada, podría ayudar a revitalizar lenguas en riesgo de desaparecer, trazar mapas de territorios ancestrales amenazados y amplificar su conocimiento hacia nuevas soluciones frente a la crisis climática.
Pero también conlleva riesgos si no se escucha su voz ni se respeta su autonomía. Las Naciones Unidas se han posicionado recientemente respecto a los desafíos que implica construir un futuro donde la tecnología sirva a los pueblos indígenas, y no al revés.
Visita de comunidades de las tres zonas de amorti