Cuando un róver robótico de millones de dólares enviado a Marte ve truncada su misión simplemente porque se ha quedado atascado en la arena, como le sucedió al Spirit de la NASA en 2009, resulta evidente que un problema en apariencia simple puede volverse insalvable sin un conocimiento estratégico de detalles mecánicos y de física que pueda evitar que un robot acabe así. Aunque la arena marciana es muy traicionera en las dunas y otros sitios, en teoría un diseño más específico para los problemas que pueden presentarse garantiza más posibilidades de éxito frente a ellos.

Y en esto es en lo que está trabajando un equipo integrado, entre otros, por Wei Hu y Dan Negrut, ambos de la Universidad de Wisconsin-Madison en Estados Unidos.

Utilizando simulaciones por ordenador y experimentos, este

See Full Page