Casi dos años después del inicio de la guerra en Gaza, el gabinete de seguridad israelí votó a favor de una nueva expansión militar: la toma de la Ciudad de Gaza. El plan, impulsado e iniciado por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, revela probablemente más sobre sus maniobras políticas internas que sobre una estrategia militar bien pensada.
El plan fue adoptado a pesar de la feroz objeción del liderazgo militar israelí y de las graves advertencias de que podría profundizar la crisis humanitaria y poner en peligro a los 50 rehenes que continúan en Gaza. La gran expansión de la guerra también se produce en un contexto de erosión del apoyo a Israel en todo el mundo, y de un descenso del respaldo interno a la continuidad de la guerra.
Aun así, Netanyahu impulsó su plan, ya que t