Tasarte es uno de los pueblos más aislados de Gran Canaria. Se encuentra dentro de las lindes municipales de La Aldea de San Nicolás y vive entre riscos y barranco, en una localización idónea para el cultivo de tomates, sandías, papayas, aguacates, mangos o plátanos. Alrededor de 500 habitantes viven alejados del ruido. Entre la sombra, en lo alto, de Inagua y un valle extenso, con una cuenca hidrográfica de más de 10 kilómetros.

Una de estas personas que lo habitan es Justo Ramírez, presidente de la Sociedad Cooperativa Agrícola de Tasarte, que gestiona Coparlita. Desde su casa ubicada en el caserío de Las Casillas, cerca de la playa, cuenta que aquí «todo sigue más o menos igual» con el estilo de vida de siempre y con los mismos vecinos «de toda la vida». «Mi vida aquí es muy tranquila,

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