El pasado 24 de julio, la selección española de waterpolo conseguía su cuarto título mundial. Una victoria ante Hungría, por 15-13 en Singapur, en la despedida de Felipe Perrone, inmejorable colofón. Un guion de película para un equipo que, ocho años después de la llegada de David Martín ( Barcelona , 1977), no se baja de los podios. El entrenador ha construido una máquina impecable que ha creado un estilo. Y que es la envidia del resto de países. Desde la distancia del éxito y la calma de las vacaciones en Ourense, atiende la llamada de La Vanguardia.

¿Qué siente semanas después de proclamarse campeón del mundo en un torneo redondo?

Cuando ganas existe una liberación. Esto muy tranquilo, me olvidé rápido de todo. El año pasado, tras los Juegos de París (perdieron en cuartos ante Croac

See Full Page