Se calcula que los primeros labiales nacieron más de más 5 mil años cuando las mujeres de Mesopotamia, buscando ser más bellas, trituraban piedras preciosas, literal, para darle más color a sus labios... y es que nada como un rubí molido para deslumbrar en la Edad de Bronce.

Después, la legendaria reina egipcia Cleopatra, pionera en muchos sentidos, hizo que crearan labiales especiales para ella con escarabajos color carmín con hormigas trituradas que contribuyeran a darle aún más poder con unos labios muy llamativos e imperiales que le permitieron conquistar imperios.

En Grecia, los antiguos atribuían a las mujeres de la vida alegre el uso de estas barras de labios por lo que las damas respetables tenían que usarlos a escondidas, pero en Roma, su uso se popularizó llegando a ser símbolo

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