Antonio Banderas tiene desde hoy 65 años, la edad que hemos asociado tradicionalmente a la jubilación (ya no, claro), a la amortización profesional, al comienzo del dolce far niente. El malagueño, en cambio, soplará las velas en medio de un v erano de frenética actividad laboral , entre rodajes de cintas de acción (sí, el cuerpo se lo sigue permitiendo), ambiciosas iniciativas empresariales, almuerzos con amigos como Robert De Niro, galas benéficas (esta noche se celebra la tradicional cena de la Starlite, de la que es impulsor desde el comienzo) y el proyecto personal que más le emociona: ser el padre de la novia . ¿Que cuál es el secreto? El apetito por la vida exprimida al máximo y disfrutada con sed eterna.

Sesenta y cinco años de vida disfrutada, sudada y apurada al máximo y qu

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