Tijuana, BC.- Leonardo Flores Camarillo, de 24 años, llegó a Tijuana desde la Ciudad de México para dedicarse a tocar el organillo, un instrumento que considera parte fundamental del patrimonio cultural. Aprendió este oficio gracias a su tío y comenzó a practicarlo cuando tenía entre 17 y 18 años, motivado por el sonido característico y la historia que envuelve a este arte callejero.
Originario del estado de Oaxaca, pero residente y trabajador en la capital del país, Leonardo conoció el oficio después de que su tío entablara relación con un organillero. Esa oportunidad le permitió aprender el manejo del instrumento y, con el tiempo, convertirlo en su principal actividad laboral.
Foto: Leonardo González Reyes
En Tijuana, reconoce que el organillo no es común, lo que genera curiosidad y a