Miles de sicilianos salieron a las calles de Messina el sábado para expresar su rechazo a la construcción de un puente que unirá Sicilia con la península italiana. Este ambicioso proyecto de infraestructura, valorado en 13.500 millones de euros (unos 15.500 millones de dólares), pretende ser una de las mayores obras de ingeniería en Europa, pero ha generado una fuerte oposición local por sus posibles consecuencias negativas.
Los manifestantes, estimados en alrededor de 10.000 personas, coreaban consignas como “El Estrecho de Messina no se puede tocar” y portaban pancartas con el lema “No Ponte” (No al Puente). La resistencia popular está motivada por la preocupación ante el impacto ambiental que el puente podría causar, así como por la amenaza de actividad sísmica en la zona y el temor a