En una Plaza de San Pedro colmada de fieles, el papa León XIV dedicó parte de su bendición del Ángelus a conmemorar el 80º aniversario de los bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki , ocurridos en agosto de 1945. “Estos hechos despertaron en todo el mundo el rechazo de la guerra como vía para solucionar los conflictos”, afirmó el Pontífice, recordando las consecuencias humanas y morales que dejó aquel episodio de la Segunda Guerra Mundial.
El Papa pidió a los líderes internacionales que tomen decisiones con plena conciencia de su impacto en las poblaciones civiles. “No ignoren las necesidades de los más débiles y el deseo universal de paz ”, remarcó desde la ventana del tercer piso del Palacio Apostólico , donde se asomó para dirigir su mensaje.
En su intervención, Leó