Un terremoto de magnitud 8,8 en la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, ha encendido las alarmas en todo el Pacífico. La sacudida, de enorme potencia, obligó a emitir alertas de tsunami para un área que abarca desde Japón hasta Estados Unidos, y que incluye la costa occidental de Sudamérica.

Regiones densamente pobladas como Hawái y destinos turísticos como la Polinesia Francesa se mantienen en máxima vigilancia. Según las estimaciones del Sistema de Alerta de Tsunamis de Estados Unidos, gestionado por la NOAA, las olas podrían oscilar entre 30 centímetros y 2,2 metros, dependiendo de la ubicación.

Aunque estas cifras puedan parecer modestas, cualquier maremoto, incluso con olas relativamente pequeñas, es capaz de generar graves daños materiales y víctimas mortales. D

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