A pesar de sus promesas de reformas en economía, migración y seguridad, el canciller alemán enfrenta un creciente rechazo popular y tensiones internas dentro de su frágil coalición.

A los cien días de asumir el , el canciller enfrenta una fuerte impopularidad , con solo un 29 por ciento de los alemanes satisfechos con su gestión. Según una de la señal pública ARD , publicada el jueves, un 59 por ciento su : el peor resultado desde que llegó al cargo.

Estos números, inferiores a los de su predecesor Olaf Scholz quien dimitió por falta de apoyo, reflejan un malestar generalizado. En cuanto a la coalición entre conservadores y socialdemócratas CDU-SPD , también se observa un declive en el apoyo popular. De acuerdo con la misma encuesta, sólo un 26 por ciento considera que M

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