Una pregunta frecuente para los humoristas es dónde están los límites del humor. La serie argentina División Palermo rompió esquemas cuando se estrenó hace dos años, al poner en el centro de su historia a personas con discapacidades y a integrantes de minorías sociales que se sumaban a una peculiar guardia urbana de barrio. Lo hizo sin caer en un tono moralizante. Lo que podría haber sido un enfoque condescendiente se convirtió en un juego constante con lo políticamente correcto e incorrecto. La serie no se ríe de los personajes, sino con ellos. Una diferencia fundamental.
División Palermo fue una apuesta que logró el reconocimiento del público y de la crítica e incluso ganó un Emmy internacional. Creada y protagonizada por Santiago Korovsky, Netflix acaba de lanzar su segunda y última