
8.131. Esa es la cifra, a día de hoy, de los municipios que existen repartidos por nuestra geografía, localidades conocidas cada por una por aspectos relacionados con su patrimonio histórico, cultural, su orografía o alguna de sus ilustres personalidades nacidas entre los muros de una ciudad y que, gracias a esa persona famosa, cobra una cierta notoriedad, como el caso de Fuentealbilla , el pueblo de la provincia de Albacete en el que nació Andrés Iniesta . Pero también hay localidades que llaman la atención por su propio nombre, por lo curioso, original o lo difícil que es pronunciarlo. En este caso hablamos de un pueblo cuyo nombre impone . Los infiernos , localidad que podemos encontrar en la provincia de Murcia .
Situado a unos 200 kilómetros del pueblo que vio nacer a Iniesta, Los Infiernos es un pequeño núcleo de población en la huerta murciana, parte de la pedanía de Torre Pacheco, que apenas supera la treintena de habitantes . A pesar de su tamaño, ha logrado destacarse notablemente en el mapa español gracias a su inquietante topónimo, convirtiéndose en un inesperado reclamo turístico. De hecho, muchas de las personas que se acercan a este sereno rincón rural del sur de España para inmortalizar su paso con una fotografía junto al cartel que da la bienvenida al municipio , una iniciativa que ha contribuido a sacar a la localidad del anonimato.
La singularidad de su nombre llevó a Los Infiernos a ser nominado como candidato a “pueblo con el nombre más inquietante de España” en un concurso que animaba a la gente a votar por su localidad favorita. De hecho, a dicho concurso no se presentó únicamente Los infiernos, y es que la Región de Murcia alberga en su interior localidades como Los Dolores, Dolores de Pacheco, Bullas, Llano de Brujas y Nonduermas . Algunos de los aspirantes más allá de tierras murcianas y que igualmente tienen nombres cuando menos curiosos o inquietantes son La Matanza o Ultramort.
El origen, un misterio
El origen del curioso topónimo de Los Infiernos no está del todo claro y se rodea, precisamente, de misterio , aunque la tradición popular lo atribuye a un episodio ocurrido en el siglo XIX. Según cuenta la leyenda, un vendedor ambulante que cruzaba la aldea con su carro cargado de vasijas fue rodeado por varios niños que comenzaron a apedrear su mercancía. El vendedor, asustado, huyó del lugar y, al ser preguntado de dónde venía, gritó “¡Esto es el infierno!” o “¡Vengo de los infiernos!”, una frase que hizo gracia a los habitantes y que, con el tiempo, se convirtió de forma jocosa en el topónimo del lugar.
La peculiaridad del nombre de Los Infiernos se acentúa por la proximidad de otras dos pedanías murcianas con nombres igualmente evocadores y tenebrosos: El Limbo y El Purgatorio . Esta coincidencia ha dado pie a ingeniosas bromas, y hay quienes se refieren a esta zona de Murcia como la “geografía del más allá”, añadiendo un atractivo extra para los turistas más curiosos que desean explorar una región donde los nombres de sus localidades parecen sacados de un relato mítico. Pero que, en todo caso, llaman la atención y consiguen que más de uno haga un alto en el camino y se acerque no solo a hacerse un selfi con el cartel que se encuentra a la entrada de la localidad.
La Región de Murcia es, de hecho, famosa por sus topónimos sorprendentes, y Los Infiernos es solo un ejemplo de cómo los nombres de los pueblos pueden esconder historias fascinantes. Otros municipios, como Las Torres de Cotillas, Javali Viejo y Nuevo o Alcantarilla, también tienen orígenes inesperados, a menudo ligados a vocablos árabes y transformaciones lingüísticas a lo largo de los siglos, invitando a no dejarse engañar por las primeras impresiones de sus nombres. En Los infiernos, de hecho, sus habitantes disfrutan de una apacible vida, sin nada que lleve a pensar que llevan una vida infernal ni nada parecido.
Más allá de la anécdota toponímica, la zona de Los Infiernos cuenta con atractivos naturales y arqueológicos de gran interés . A escasos ocho kilómetros se alza el Cabezo Gordo, una imponente mole rocosa de 312 metros de altura declarada Paisaje Protegido por su relevancia biótica, paisajística y cultural. Este enclave alberga un laberinto de cuevas y galerías, algunas naturales y otras fruto de la actividad minera. Una mole que también llama la atención de más de un turista que visite tierras murcianas.
Entre estas formaciones, destaca la Sima de las Palomas, un yacimiento paleoantropológico de primer orden donde se han descubierto restos fósiles de neandertales de hace unos 50.000 años , lo que lo convierte en el segundo yacimiento más importante de toda la península ibérica, nada más y nada menos que por detrás del de Atapuerca . Para explorar los secretos del Cabezo Gordo, se organizan visitas que permiten conocer lugares como la Cueva del Agua, una antigua mina inundada que hoy sirve de refugio a diversas especies de murciélagos.