El día a día que la mayoría considera normal cambia drásticamente en función del nivel socioeconómico. En las viviendas de las personas con mayor patrimonio, ciertas costumbres pueden parecer excéntricas o incluso innecesarias para quienes pertenecen a la clase media o trabajadora.
1. Agenda estricta para toda la familia, incluso el ocio
En muchos hogares de alto nivel económico, todo está planificado al detalle : desde las reuniones de trabajo hasta los ratitos de descanso. Los niños siguen horarios precisos para estudiar, jugar de manera estructurada y realizar actividades extraescolares. Aunque la espontaneidad se ve reducida, el resultado es una gestión del tiempo extremadamente eficiente.
2. Varios frigoríficos, cada uno con una función específica
No es raro encontrar en estas