En pleno verano, cuando las temperaturas se disparan y las calles parecen planchas de asfalto ardiente, muchos tutores caninos buscan alternativas para que sus perros no sufran los rigores del calor. Así, el senderismo se convierte en una opción tentadora, pero no todas las rutas son aptas para ellos en los días más calurosos.

La clave está en elegir recorridos frescos, con sombra abundante, acceso a agua y distancias adaptadas a la resistencia del animal. Las rutas con perros en verano pueden ser una experiencia inolvidable siempre que se planifiquen con sentido común.

Hoy proponemos tres rutas en distintas zonas de España que, además de paisajes impresionantes, ofrecen entornos ideales para mantener a raya el calor y garantizar que nuestros perros se mantengan cómodos y seguros. Eso sí, incluso en entornos frescos, no debemos bajar la guardia en cuanto a la seguridad de nuestros animales.

Antes de salir: consejos clave para proteger a tu perro

Ofrecerles agua cada 20 o 30 minutos, aunque no parezcan sedientos, es fundamental

La salud y el bienestar de tu perro deben ser siempre la prioridad. Antes de adentrarse en cualquier ruta, conviene recordar algunas pautas esenciales:

  • Mantenerlos atados: aunque la tentación de dejarlos libres sea grande, la normativa de la mayoría de parques naturales exige que los perros vayan sujetos con correa. Esto evita accidentes, encuentros con fauna salvaje o que se pierdan en zonas desconocidas.
  • Elegir bien la hora: lo ideal es iniciar la caminata temprano por la mañana o a última hora de la tarde, cuando el sol no golpea con tanta fuerza.
  • Controlar la distancia y el esfuerzo: en general, un perro adulto y sano puede recorrer entre 10 y 15 kilómetros, pero en verano conviene reducir la distancia si el calor es intenso. Los cachorros, perros mayores o con problemas de salud deben hacer rutas más cortas y pausadas.
  • Cuidar sus patas: el calor del suelo puede dañar las almohadillas, especialmente en zonas de roca expuesta o asfalto. Un spray refrescante para las patas o botines protectoras pueden prevenir lesiones.
  • Hidratación constante: llevar agua suficiente para ambos es fundamental. Hay que ofrecerles agua cada 20 o 30 minutos, aunque no parezcan sedientos. También es útil un bebedero portátil o un recipiente plegable.
  • Reconocer signos de sobrecalentamiento: algunos síntomas como el jadeo excesivo, una lengua muy roja, debilidad o apatía pueden ser señales de golpe de calor. En ese caso, hay que detenerse, buscar sombra, mojar suavemente al perro y acudir al veterinario si no mejora.
  • Proteger contra parásitos: en zonas rurales y de montaña, las garrapatas y pulgas son frecuentes. Por ello, te recomendamos que hagas uso de repelentes y que revises al perro antes de volver a casa.
  • Comida ligera: no es recomendable darles una comida abundante justo antes de caminar. Mejor ofréceles pequeñas raciones y snacks durante el día.

Ruta del Agua (Asturias): entre molinos y arroyos

Sendero de la Ruta del Agua en Taramundi

En el corazón verde de Asturias, la Ruta del Agua es una de esas caminatas que parecen hechas a medida para disfrutar con tu perro en verano. Su punto de partida está en Taramundi, un pequeño pueblo de casas de piedra y tejados de pizarra.

El sendero serpentea entre bosques frondosos, cruza puentes de madera y bordea antiguos molinos de agua que todavía conservan su encanto tradicional. A lo largo del camino, pequeños riachuelos y arroyos invitan a detenerse para que el perro pueda refrescarse y chapotear.

Aunque el recorrido total es de unos 14 kilómetros (ida y vuelta), la pendiente es suave y el terreno cómodo, lo que lo convierte en una ruta de dificultad baja. La mayoría de senderistas la completan en unas tres o cuatro horas, pero con un perro es mejor avanzar sin prisas, disfrutando de las paradas junto al agua y en las zonas de sombra.

Ruta del Cares (Picos de Europa): la impresionante Garganta Divina

Ruta del Cares

La Ruta del Cares es probablemente uno de los senderos más famosos de España. Se extiende entre las localidades de Poncebos (Asturias) y Caín (León), atravesando un espectacular desfiladero tallado en la roca. Las paredes verticales, las vistas al río y los túneles excavados en la montaña convierten este camino en una experiencia única.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta ruta, de dificultad moderada, discurre en parte por tramos expuestos, con precipicios a un lado. Este recorrido, espectacular, pero exigente, requiere atención constante, y aún más si se va acompañado de perros. En este sentido, la web de turismo de Asturias advierte que los senderistas deben ser especialmente precavidos y estar bien preparados para recorrer la Ruta del Cares.

Por ello, es fundamental extremar las precauciones. En particular, está terminantemente prohibido que los perros vayan sueltos en esta ruta. Esto significa que el perro debe ir siempre bien sujeto y bajo control. Un arnés con asa superior es recomendable para tener más seguridad en pasos estrechos, al igual que el uso de correas extensibles no está permitido para garantizar un mayor control y seguridad durante todo el trayecto.

El recorrido más habitual, de 12 kilómetros ida y vuelta, se completa en unas 4 o 5 horas. A pesar de que no hay apenas pendiente pronunciada, el terreno pedregoso y el calor pueden aumentar el esfuerzo, por lo que conviene llevar suficiente agua y hacer descansos frecuentes. A mitad de camino, el rumor del río y las pequeñas zonas de sombra natural ofrecen alivio tanto para humanos como para perros.

Camino Schmidt (Madrid): pinos, sombra y aire de montaña

Pradera entre pinares de collado Ventoso

En la Sierra de Guadarrama, el Camino Schmidt es un clásico para senderistas madrileños y visitantes. Arranca en el Puerto de Navacerrada y culmina en el Puerto de la Fuenfría, atravesando un entorno fresco de pinares, con tramos de sombra continua y vistas abiertas hacia las cumbres.

Este sendero, de 14 kilómetros ida y vuelta, ofrece un terreno variado con pistas anchas, senderos estrechos y suaves ascensos y descensos. Aunque la dificultad es moderada, no presenta pasos peligrosos, lo que lo convierte en una opción segura para perros acostumbrados a caminar.

En verano, la altitud y la vegetación mantienen el ambiente más fresco que en la ciudad. Aun así, es importante llevar agua, ya que no siempre hay puntos de abastecimiento en el camino. Un consejo útil para que los canes puedan disfrutar más de la ruta es planificar paradas cada hora y aprovechar zonas de sombra para descansar.