El Gobierno ha lanzado un plan de rescate para hacer frente a una deuda que, entre pasivos financieros y adeudos a proveedores, rebasa los 12.000 millones de dólares.

De acuerdo con fuentes allegadas al plan emergente, el refinanciamiento plantea el contar las líneas de crédito del Banco Mundial y de bancos globales como Deutsche Bank.

La iniciativa pasa por complejos esquemas de factoraje en el que los bancos comprarán deuda de Pemex, respaldada por el Gobierno mexicano, con descuentos y estos financiamientos se destinarán, principalmente, para pagar a los proveedores de la petrolera.

En el caso de la deuda financiera, el debate se centra en si la Secretaría de Hacienda podrá absorber una parte de la deuda o seguirá la línea del sexenio anterior solo con capitalizaciones directas a fav

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