Barcelona

Miles de consumidores españoles han caído en la pesadilla de Kviku, una empresa rusa de microcréditos que ingresa dinero sin el consentimiento de los usuarios que se registran en su web. En concreto, según datos analizados por la SER, desde enero, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha recibido cerca de 700 reclamaciones contra Kviku, casi el doble que durante todo el año pasado. Sumando las principales páginas de reclamaciones, sin embargo, las quejas por este tipo de estafa superan las 3.000.

La estafa está camuflada detrás de una web que simula préstamos instantáneos y las condiciones que ofrecerán. A cambio, solicita los datos personales del usuario. El fraude funciona así: pocos minutos después de introducir sus datos personales, los afectados reciben cantidad

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