Ahmed tiene 26 años, el 4 de junio del año pasado es la fecha exacta en la que llegó a bordo de una patera desde Marruecos a Canarias . No es su nombre real, prefiere mantener el anonimato. Lo que sí es cierto es su difícil situación desde que llegó al Archipiélago, pues trabaja de manera ilegal sin contrato y no obtiene respuesta del consulado para recuperar su pasaporte. Así, su esperanza de prosperar en el futuro se nubla sin la posibilidad de conseguir un empleo reglado. Desde hace dos meses trabaja sin descanso, sin días libres ni seguro laboral en la obra y en la construcción de invernaderos en fincas. «Trabajo como un animal. Aunque me da vergüenza decir animal, porque ellos viven mucho mejor que nosotros aquí», señala.
En Marruecos había terminado sus estudios en In