En noviembre de 2022, Kim Jong-un decidió presentar a su hija agarrándole la mano ante un misil intercontinental . No fue una postal familiar: fue una declaración política. Desde entonces, la niña —a la que la propaganda norcoreana llama “hija más querida”, “respetada” o “amada”— ha ganado notoriedad pública hasta ser descrita como “gran persona de la guía”, un honorífico reservado para el líder supremo y para quien está destinado a sucederle.
Los servicios de inteligencia de Corea del Sur la consideran la sucesora más probable . En enero de 2024, la agencia surcoreana (NIS) transmitió al parlamento que la preadolescente —que entonces rondaba los 10 u 11 años— era la heredera preferida, aunque matizó que no hay designación formal. La evaluación se apoyaba en su creciente visibilidad ju