Una nueva variante del virus causante del COVID-19 denominada XFG apodada de manera informal como «Frankenstein» ha despertado la atención de autoridades de salud a nivel internacional por su estructura genética inusual y su rápida circulación.

Esta cepa es el resultado de una combinación de dos subvariantes del linaje Ómicron, fenómeno conocido como recombinación de cepas del virus, lo que ha motivado su clasificación como “variante bajo vigilancia” por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A pesar de su notable capacidad de transmisión, no se ha identificado un incremento en la gravedad clínica de los casos respecto a variantes anteriores. Los síntomas siguen una línea parecida a la de otros linajes de Ómicron: fiebre, tos, dolor de garganta y fatiga. No obstante, repor

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