Un glaciar en contracción en la Península Antártica desveló los restos de Dennis “Tink” Bell, un meteorólogo británico de 25 años que desapareció trágicamente en una grieta en 1959. El descubrimiento pone fin a un misterio de décadas y arroja luz sobre las duras condiciones de la exploración antártica temprana.
Bell, quien en aquel entonces trabajaba para el Servicio de las Dependencias de las Islas Malvinas (Fids), predecesor del Servicio Antártico Británico (BAS), falleció el 26 de julio de 1959 en una grieta glaciar en la Bahía del Almirantazgo, en la isla 25 de Mayo (o Rey Jorge), a 120 kilómetros de la costa de la Antártida.
Sus restos, aproximadamente 200 piezas, junto con partes de su equipo como un equipo de radio, una linterna, bastones de esquí, un reloj de pulsera grabado, una