Muchos repartidores de las aplicaciones de comida a domicilio viven estos días otra ola de calor subidos a una bici y con una mochila a la espalda. No obstante, y a diferencia de años anteriores, la gran mayoría de ellos lidia con la actual canícula cubierto por un contrato laboral y su salud está bajo la responsabilidad del plan de prevención de riesgos de una empresa. "Glovo nos ha dado crema solar, pastillas isotónicas y unas gafas de sol... que son bastante malas, pero son algo", cuenta Javier Pérez , 'rider' de Glovo y portavoz de la CGT. Estos días, según explica este mensajero, pese a las altas temperaturas, la empresa no les facilita, por ejemplo, botellas de agua y les encomienda a pedirla en los restaurantes mientras aguardan pedidos.
La ' ley Rider ' cumple este marte