Ante un escenario vibrante y exigente, como fue el Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos en Singapur, México firmó una de sus mejores actuaciones en la historia, al sumar ocho preseas.
Esa inmortal cosecha se debió principalmente a los clavados, que —con una gran y nueva generación de atletas— se robó las miradas del mundo entero.
Un grupo que, en opinión de Randal Willars, tuvo éxito gracias a la mezcla de capacidades y la gran amistad dentro de la delegación.
“Nosotros [los experimentados] les transmitimos confianza a los más chicos, que vivieron su primer evento, y ellos nos dan esa motivación al verlos con ganas de ganar”, afirmó el de Tijuana. “Gracias a la buena convivencia y amistad, se dan los resultados”.
Willars, quien regresó a casa con dos preseas, recalcó la importancia