Los intendentes del peronismo bonaerense han notado un cambio significativo en el clima político en las últimas semanas. Desde la tercera sección electoral, considerada el núcleo del voto peronista en el Gran Buenos Aires, se afirma: “Algo cambió entre mayo y junio”. Un operador del peronismo de la primera sección electoral comentó: “La veo bien, no la veía hace un mes así... el nivel de negatividad hacia el tipo es grande”, refiriéndose a Javier Milei.

El presidente ha intensificado su participación en la contienda electoral. Este jueves, se espera que encabece un acto inaugural de la campaña provincial en La Plata, en la octava sección. El gobierno ha comenzado a preparar su maquinaria electoral para enfrentar las elecciones del 7 de septiembre, que se presentan como un desafío considerable, especialmente junto a los comicios ejecutivos de Corrientes, programados para el 31 de agosto.

Un dirigente libertario de la primera sección admitió que “el clima está rarísimo”. En la Casa Rosada, el equipo de estrategia liderado por Karina Milei y Santiago Caputo ha comenzado a definir los ejes de la campaña, a menos de cuatro semanas de las elecciones provinciales, que son vistas como una prueba crucial para el gobierno y el peronismo.

La tercera sección electoral, un bastión del kirchnerismo, es crucial para que el Partido Justicialista (PJ) logre una victoria. Sin embargo, en La Plata, ambos bandos reconocen que la elección será reñida. En las secciones segunda y cuarta, la situación es incierta. Se critica a los armadores provinciales por no haber llegado a acuerdos con intendentes clave, lo que podría afectar los resultados.

Guillermo Montenegro, de General Pueyrredón, se espera que obtenga un resultado favorable para el Gobierno, aunque el PJ podría tener un desempeño mejor del esperado. Para Milei, la primera sección electoral es fundamental, donde postula al intendente Diego Valenzuela como cabeza de lista al Senado provincial. Esta sección fue clave para las victorias de María Eugenia Vidal en 2015 y 2017.

Una fuente del kirchnerismo expresó: “En el desastre del gobierno, nos veo bien a nosotros... hay un cambio de percepción fuerte”. Sin embargo, persiste la incertidumbre sobre cómo la apatía electoral, evidente en las elecciones provinciales de 2025, influirá en los resultados. La movilización del aparato electoral será crucial de cara al 7 de septiembre, especialmente para el futuro de Axel Kicillof, quien ha desdoblado el calendario electoral.

El gobierno es consciente de que enfrenta una elección complicada. Un asesor oficialista destacó: “Los ánimos no están super bien para arriesgar como se arriesgó”. Esto se debe, en parte, a un cierre de listas que dejó a algunos heridos y a señales de alerta en el Ejecutivo, especialmente en el Gran Buenos Aires, donde se percibe una desaceleración en la actividad y el consumo.

En este contexto, el gobierno se enfrenta a una campaña llena de interrogantes. A pesar de que algunos distritos parecen favorables al electorado libertario, como San Isidro y Vicente López, otros como Escobar y San Martín deberían favorecer a Fuerza Patria. Además, el evento electoral en Corrientes podría complicar aún más la situación del Gobierno antes del 7 de septiembre.

La falta de acuerdo entre Karina Milei y el gobernador Gustavo Valdés ha llevado a La Libertad Avanza a competir en solitario en Corrientes, donde el candidato Lisandro Almirón no es muy popular. En la capital provincial, se espera que LLA tenga un mejor desempeño, pero en el interior, la estructura del gobernador podría ser determinante.

La estrategia de LLA ha generado tensiones internas, y aunque algunos consideran que “todo es ganancia”, el panorama electoral se presenta incierto tanto en Corrientes como en Buenos Aires. Esto plantea un desafío para el gobierno, que muestra signos de agotamiento y enfrenta la necesidad de un relanzamiento de su gestión tras las elecciones legislativas.