Es la historia de un oprobio contada en tres actos desde la cubierta de una patrullera filipina . En el primero se aproxima a toda velocidad un barco de la guardia costera china con el amenazante cañón escupiendo agua y, cuando la agresión es inminente, una inmensa masa blanca salida de la nada se interpone entre ambos. Son las 7.500 toneladas del destructor Guilin del Ejército de Liberación Popular. El ángulo impide ver la colisión pero se intuye su fuerza. En el segundo se aprecia el primer barco chino milagrosamente a flote con un amasijo de hierros por proa. Termina con un marinero filipino ofreciendo auxilio médico o mecánico a sus atacantes.

Ocurrió este lunes en las aguas que rodean el arrecife de Scarborough , uno de tantos de los que se discuten Pekín y Manila. El jefe de

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