Enfrentan a la presión del cambio urbano, la llegada de grandes cadenas, así como la transformación de los hábitos de consumo.
En el corazón de la capital poblana, el Centro Histórico, cientos de negocios con décadas de existencia siguen abriendo sus puertas diariamente. La permanencia de establecimientos como ópticas, relojerías, dulcerías o zapaterías responde a la combinación entre la nostalgia asociada a su historia familiar y la capacidad de aún generar ingresos suficientes para mantenerse a flote.
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Muchos de estos comercios siguen resistiendo a la presión del cambio urbano, la llegada de grandes cadenas, así como la transformación de los hábitos de consumo. Sin embargo, es el equilibrio entre lo sent