La vida de la tres hijas de la familia Márquez dio un vuelco cuando la ataxia de Friedreich entró por las puertas de su casa . No existe una cura para esta enfermedad neurodegenerativa, pero ahora, un tratamiento que controla y retrasa los síntomas les ha devuelto la esperanza . El problema es que solo la menor de ellas, Tamara, de 27 años, tiene acceso a este , debido a que reside en Múnich. Sus hermanas, que residen en Alvarado, pedanía de Badajoz, Laura y Noelia, de 31 y 33 años respectivamente, necesitan acceder al medicamento para mejorar. Por ello, llevan años implorando, aún sin éxito, al Ministerio de Sanidad «que realice los acuerdos necesarios y puedan proporcionar el fármaco a todos los españoles que lo necesitan».

La ataxia de Friedreich es una enfermedad rara que red

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