La historia de Harold Aroca García comenzó como un día cualquiera y terminó convertida en una de las escenas más crudas de violencia juvenil en Bogotá .
El joven de 16 años, residente del barrio El Parejo, salió de su casa el lunes 5 de agosto con la rutina que lo caracterizaba: asistir al colegio, almorzar y dirigirse a Los Laches para entrenar fútbol, como lo hacía con regularidad.
Esa tarde nunca volvió a su casa. Horas después, un testigo aseguró haber escuchado disparos en la misma zona donde, días más tarde, sería hallado sin vida.
Según su madre, Diana Carolina García, ese día Harold llegó al colegio con una información que no tardó en difundirse. Habría comentado que sabía quién era el responsable de un reciente homicidio en el barrio , lo que, según los investigadores,