CNN Español —

Samuel Doria Medina se presenta como un candidato distinto. “Un presidente empresario” que va a tomar “decisiones rápido sin hacer cálculos políticos”, según dijo él mismo en un colorido reel de Instagram, a tono con sus redes sociales, que mantuvo muy activas durante toda la campaña.

Pero, lejos de ser un outsider, su historia evidencia décadas de trayectoria política y una ambición sostenida en el tiempo: ser presidente del Estado Plurinacional de Bolivia.

Este domingo competirá por cuarta vez en las urnas en su búsqueda de romper con casi 20 años de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS) y con un mote que lo persigue como un hechizo: el “kencha”, término que en Bolivia alude a la mala suerte. Ninguna candidatura ganada y una vida al límite.

Tras las derrotas en

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