En el corazón político de Bogotá, el Salón Elíptico del Capitolio abrió sus puertas para acoger el féretro de Miguel Uribe Turbay. Desde la noche del lunes 11 de agosto, el recinto se transformó en un espacio de recogimiento y respeto, donde familiares, allegados y figuras de la vida pública acudieron a rendir tributo. Entre ellos, expresidentes, exministros y exalcaldes compartieron el mismo gesto: un saludo silencioso frente al ataúd cubierto por la bandera nacional.

Las palabras más sentidas llegaron de María Claudia Tarazona, esposa del senador, quien en medio del dolor llamó a rechazar cualquier forma de venganza por su asesinato. Afuera, en la Plaza de Bolívar, la ciudadanía hacía fila para despedirlo, guiada por un estricto control policial que garantizaba el acceso ordenado a la c

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