Barcelona La subida de temperaturas en un contexto de emergencia climática, más acelerada de lo que los científicos habían pronosticado, está desencadenando una carrera por adaptar las ciudades. Uno de los retos es habilitar el máximo número de refugios climáticos, espacios mayoritariamente públicos (bibliotecas, museos, centros cívicos, casales) pensados para proteger a los más vulnerables en momentos de calor extremo. Por considerarse refugios deben mantener una temperatura máxima de 27 grados, ser fácilmente accesibles, disponer de sillas o bancos para sentarse y con agua gratuita. Pero no ofrecen atención médica, un servicio sólo garantizado en los centros de salud.
Refugios climáticos: el antídoto para sobrevivir a una ola de calor sin rascarse el bolsillo

49