En medio de la creciente exposición digital de figuras públicas en Cuba, Sandro Castro, nieto del fallecido líder cubano Fidel Castro, se ha convertido en una figura controvertida dentro y fuera de la isla. Con una presencia constante en redes sociales, sus publicaciones cargadas de ostentación, humor sarcástico y contenido provocador han despertado i ndignación entre muchos cubanos, incluyendo a miembros de su propia familia y simpatizantes del gobierno.

Lejos del perfil discreto que caracteriza a la mayoría de los descendientes del histórico mandatario, Sandro Castro ha ganado notoriedad por su estilo de vida alejado de los principios de austeridad que defendió su abuelo. Desde autos de lujo hasta fiestas privadas y videos en los que aparece disfrazado de sacerdote bendiciend

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