Una comunidad rural de Cundinamarca , acostumbrada al racionamiento de agua, está a punto de ver transformada su vida gracias a un proyecto de infraestructura.
El acceso al agua potable es uno de los pilares del bienestar y la salud pública. No solo garantiza la hidratación y la higiene, sino que también es la base para el desarrollo social y económico de cualquier comunidad. Sin embargo, en pleno siglo XXI, todavía hay zonas de Cundinamarca donde abrir la llave no significa encontrar un chorro constante y seguro para beber.
El Bote, un centro poblado de la vereda Río Frío Occidental en Tabio , ha sido uno de esos lugares. Sus cerca de mil habitantes dependían de un sistema veredal que apenas funcionaba en temporada seca , obligándolos a almacenar agua y a vivir con la incertid