La pasada semana se cumplieron 80 años de la destrucción de Hiroshima y Nagasaki. La decisión del presidente Harry S. Truman de lanzar bombas nucleares sobre estas ciudades japonesas se cobró 396.000 vidas humanas y provocó la capitulación de Japón, el final de la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la era atómica. Ocho décadas después, parece que el mundo ha olvidado el horror causado por aquellos artefactos de destrucción masiva, diseñados por los físicos e ingenieros del Proyecto Manhattan, liderado por Robert Oppenheimer.

A medida que han pasado los años, da la impresión de que el temor al uso del armamento nuclear se ha desvanecido. Si el reciente intercambio de misiles supersónicos entre Israel e Irán hubiera ido aún más lejos, ¿se habría planteado el uso de armamento nuclear limi

See Full Page