Muchos conductores creen que cargar el celular mientras manejan es solo un “plus” cómodo: ven el ícono de carga y piensan que así evitan quedarse sin batería. Sin embargo, ese flujo de energía no es estable ni regulado como el de la pared de una casa . La electricidad que proviene del alternador y recorre el sistema eléctrico del coche está expuesta a variaciones bruscas: cada vez que se enciende el aire acondicionado, las luces o el estéreo, se producen picos y caídas de voltaje que alteran ese suministro.

Ese vaivén eléctrico no es nada amable con las baterías de iones de litio. A diferencia de un cargador doméstico que regula cuidadosamente la corriente, los adaptadores y puertos USB del auto —sobre todo si son baratos o de baja calidad— no siempre tienen protección , lo que deja

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