La venta de falsificaciones por parte de manteros en el litoral de la Región se ha convertido en un filón económico para las mafias que explotan a estas personas, explican fuentes policiales. Por norma general, los vendedores son varones de origen africano que entraron a la Región por mar de forma irregular en condiciones extremas y sobreviven con lo mínimo . De esa vulnerabilidad se aprovechan las organizaciones criminales que, en muchas ocasiones, están detrás de esta práctica, apuntan agentes e investigadores de la Comunidad.
Estos vendedores sin licencia suelen desplegar sus mantas, sobre las cuales luce todo un abanico de productos falsificados, en las zonas peatonales de los municipios costeros murcianos, los cuales multiplican su población en los meses estivales, por la