Lungisani se acerca al depósito de agua con paso titubeante . Luego, retira unas ramas, colocadas allí para que los animales no se acerquen, y maniobra la cisterna. El goteo apenas se oye. Lungisani lo confirma: " no hay suficiente agua para todas las aldeas, es poca ", afirma este hombre de 39 años, guardián del lugar, en el distrito de Bubi, oeste de Zimbabue . Hoy está particularmente apesadumbrado . Ha vuelto a oír de otra niña que ha quedado embarazada y se ha tenido que casar , y con su mujer han vuelto a hablar del tema. Su preocupación es por su única hija, una bebé que nació hace 10 meses, en plena sequía . Ahora vive con él en una especie de choza de lona plástica , construida sobre un suelo árido y rojizo. " También ella quizá acabe siendo una niña-esposa. ¿Qu

See Full Page