Barcelona Quienes conocen bien a Joan Laporta aseguran que es el mejor aguantando la presión. Que puede llevar las negociaciones al límite y, donde muchos comienzan a ponerse nerviosos, mantener la compostura hasta el último minuto. Esta virtud en los despachos tiene una contrapartida, ya que a menudo debe renunciar a algunos principios o tragar sapos para conseguir sus objetivos. En una semana clave para el Barça, donde se juega la reapertura del Camp Nou en septiembre y la capacidad de inscribir a jugadores para el inicio de la Liga, el presidente ejecutivo del club se mueve entre bambalinas y hace equilibrios con el poder para conseguirlo todo. Es lo que en los despachos llaman "hacer lobi". Yo te doy, tú me das.

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