Bayamón . Horas después del quinto juego de la final del Baloncesto Superior Nacional (BSN) , el ambiente en el camerino visitante del Coliseo Rubén Rodríguez no reflejaba la derrota ni la frustración de un equipo que acababa de quedarse corto en sus aspiraciones al campeonato.

Todo lo contrario. Desde las afueras del vestuario se escuchaban las risas del cuerpo técnico de los Leones de Ponce . En el fondo, estaba sentado el dirigente Carlos Rivera rodeado de sus asistentes Fernando Casablanca, Javier “Toñito” Colón y Gabriel Picatto.

Rivera tenía una sonrisa de oreja a oreja. El técnico sabía que no podía exigir más a una mermada manada, golpeada por un brote de influenza en plena final del BSN.

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