“De poco sirve tenerlo todo, si luego no sabemos compartir nada. Igual sucede con encumbrarnos, hasta subir a la luna, si después no vivimos como hermanos en la tierra. Fraternizarse en la diversidad es nuestra gran asignatura pendiente, lo que nos demanda a ejercitar el amor, aunque nos cueste la propia vida”
Necesitamos un cambio radical, una transformación de principios y valores, que encaucen nuestro acontecer diario hacia la entrega generosa, que es lo que nos vivifica el entusiasmo del abrazo sincero, más allá de la autosuficiencia, de nuestra propia ceguera mundana. Hemos de despertar, pues; ya que lo que prevalece no es el éxito ni el dinero, sino el espíritu donante, la humildad y el amor. El referente está en María que, por estas fechas suele invocársele aún más, acudiendo a ve