Las funciones se realizaron a sala llena, a las 14 y 19 horas del viernes 1 de agosto. En la pantalla se proyectaron los cortometrajes producidos por estudiantes de la ENERC, Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica, en su sede Comodoro Rivadavia. Lejos de ser una simple muestra, fue el resultado visible de un extenso proceso técnico, creativo y colectivo que involucró diseño, guion, animación, dirección, producción y, sobre todo, compromiso emocional.

“Nuestro corto Aqualuz nació como una idea compartida. Nuestro compañero Miguel, de Rosario, ya tenía una base de guion. Nos pusimos a trabajar por videollamadas, tiramos ideas, sumamos elementos. Ahí surgió usar el agua como una metáfora de los nervios”, contó Sebastián Ángel Gutiérrez, de 21 años, vecino del bar

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