La Paz, 13 ago (EFE).- El litio se ha convertido en moneda de cambio en las campañas electorales hacia los comicios generales en Bolivia, aunque es una industria que no logra despegar y están en la mira los polémicos contratos con empresas de China y Rusia por unos 2.000 millones de dólares que expertos advierten que no benefician al país.
Como en 2020, el litio boliviano estuvo nuevamente en el foco de las campañas para los comicios del 17 de agosto, entre ofertas consideradas superficiales por expertos y acusaciones de supuestos pactos con empresas extranjeras para entregarles el recurso a cambio de apoyo electoral.
A la par, en los últimos meses fueron constantes las peleas en el Legislativo por la aprobación de dos contratos para la explotación de litio cuestionados por la oposición