Una semana después del mayor incendio del siglo XXI en Francia en la región de Aude , los bomberos siguen de guardia por temor a que se reinicie y la solidaridad crece con las víctimas. Pero todos coinciden: jamás vieron llamaradas anaranjadas parecidas, con un ruido del fuego que arrasaba los árboles secos, y un humo asfixiante y denso, que forzaba la evacuación, a riesgo de la vida misma.

Decenas de personas en la región de Aude perdieron sus hogares en este inmenso incendio, que arrasó más de 17.000 hectáreas de viñedos, campos y bosques en el macizo de las Corbières, entre Carcasonne y Narbona, cerca de la frontera con España y la Costa Azul. Cortó las rutas, los caminos, aisló los pueblos, quemó las casas y los animales. Hubo evacuaciones masivas .

Poco más de una semana después

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