Durante un informe de seguridad, Omar García Harfuch reveló que los 26 delincuentes enviados recientemente a Estados Unidos no solo enfrentaban cargos por delitos graves, sino que también habían logrado seguir controlando operaciones criminales desde las cárceles mexicanas. Según detalló, incluso tras su detención, mantenían comunicación con sus redes para coordinar secuestros, extorsiones y tráfico de drogas, aprovechando vacíos legales y resoluciones judiciales que frenaron su traslado a penales de máxima seguridad.
En este contexto, las autoridades señalaron que, pese a estar bajo custodia, los delincuentes aprovecharon amparos y resoluciones judiciales para evitar su traslado a penales de alta seguridad, lo que les permitió continuar con sus redes criminales.
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