Sean Diddy Combs ha cambiado este año la escena musical por la judicial. En mayo y junio el rapero fue juzgado en Nueva York por cinco delitos asociados a su condición de depredador sexual, que podrían haberle reportado cadena perpetua. El 2 de julio fue considerado culpable de dos de esos delitos, pero exonerado del de liderar una organización criminal para abusar de mujeres y también de otros dos relacionados con el tráfico sexual.

La sentencia condenatoria llegará en octubre. Se conjetura que al célebre rapero –ahora célebre delincuente– pueden caerle hasta veinte años de cárcel. Luego tendrá que afrontar decenas de denuncias más, en su mayoría de personas que le acusan de haberlas drogado y violado. Su fortuna, que él cifró en mil millones de dólares, va pasando a manos de sus aboga

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