Uno de los regalos que nos da la vida lenta del verano es poder asistir a un concierto inolvidable en un festival lejos de las masas. Y así fue como el pasado sábado Roger Mas y la Cobla Sant Jordi acudieron a Sant Magí de la Brufaganya (Conca de Barberà).

La leyenda dice que, en el siglo III, san Magí, que vivía como eremita en la Brufaganya, despertó el odio de los romanos por sus milagros. Sin embargo, un día que lo perseguían sedientos, con el cayado picó en tres piedras e hizo brotar tres fuentes para apaciguarles la sed. Desagradecidos, lo martirizaron hasta la muerte. En medio de los bosques se erige la ermita de Sant Magí y las fuentes del agua que todo lo cura.

Las Nits Musicals Brufaganya cuentan con un grupo de voluntarios de lo más implicados. Para poder acoger un aforo de má

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