La península Ibérica arde este verano con olas de calor extremo que alimentan una sucesión de incendios forestales voraces y simultáneos a lo largo y ancho de la geografía. El cambio climático ha convertido este mes de agosto en el más cálido desde que hay registros meteorológicos y, asimismo, en uno en los que se han calcinado más hectáreas debido a los incendios forestales. En lo que va de año, ha ardido en España la misma superficie que el 2023 y 2024 juntos.

Ante esta situación, hay que reforzar la colaboración entre todas las administraciones públicas y los efectivos disponibles para frenar la expansión de las llamas que amenazan vidas y propiedades en diversos lugares del país. La catástrofe de este verano debe servir para concienciar definitivamente a las autoridades sobre la neces

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